Red Mist (2008)





     Titulo Original: Freakdog (Red Mist)
     Año: 2008
     Pais: Reino Unido
     Director: Paddy Breathnach
     Guión: Spencer Wright
     Género: Terror
     Reparto: 
     Arielle Kebbel (Catherine)
     Sarah Carter (Kim)
     Stephen Dillane (Dr. Harris)
     Andrew Lee Potts (Kenneth)
     Alex Wyndham (Jake)






Sinopsis
Para el depravado y asocial Kenneth, la vida en el hospital donde trabaja se ha convertido en una serie interminable de vejaciones y mofas por parte de un grupo de ambiciosos estudiantes de medicina. Lo malo es que en una ocasión la burla se les va de las manos y terminan dejando a Kenneth en coma. Angustiada por los sentimientos de culpa, una de las estudiantes intenta salvarle la vida administrándole un cóctel de drogas sin testar, remedio que en lugar de curarlo provoca en Kenneth experiencias extracorpóreas que consisten en ocupar temporalmente el cuerpo de otras personas y, a través de ellas, vengarse de los que le dejaron en estado vegetativo. (Filmaffinity)








¡¡ATENCIÓN!!
Si NO has visto la película, te aconsejo que no leas lo que viene a continuación

Spoileando, que es gerundio
Como suele decirse; “una mala tarde la tiene cualquiera”, y en esto del género de terror tardes como estas hay muchas. “Red Mist” ya está dentro de esas “malas tardes”, pues si su comienzo ya denota una mala película, ya sea por sus sobreactuados personajes, como el planteamiento inicial del film, uno espera un atisbo de creatividad que al final merezca la pena su visionado. Pero nada. Lo único que me queda claro es que a Paddy Breathnach le impactó en su día “Sé lo que hicisteis el último verano”, y ha extrapolado esa idea al mundo de la medicina. Lo conseguido con esta idea es llevar a unos jovenzuelos cargados de clichés, todos ellos residentes en un hospital, a pasarse el “Juramento hipocrático” por el forro, cosa muy lógica por lo sencillo que es llegar a esas alturas de la carrera y mandarlo todo al traste por un poco de juerga y unas pastillitas robadas de la farmacia. Pero el señor Breathnach no se queda ahí, sino que recurre al subgénero de las posesiones, pero no por entes demoniacas, sino inducidas por mezclas químicas en forma de tratamientos milagrosos. Vamos, toda una película de serie B. Antes de irme, quiero avisaros de un par de cosas: Si vais a urgencias por un esguince y os quieren suministrar el NNZ-9424, ya podéis salir por patas, pues después de eso solo podrá poner fin al sufrimiento un exorcista. Y lo último y más importante, si sufrís de ataques epilépticos, cuidaros de ver la parte final de la película, podríais acabar sacando espuma por la boca.

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